martes, 3 de febrero de 2015

Una profunda revisión de los mundos de Roger Penrose

Partiendo de los tres mundos sugeridos por R. Penrose (ver la última figura). desembocamos en el siguiente esquema:

En este esquema, indudablemente más complejo que el de Penrose, se sustituye el mundo matemático o neoplatónico de Penrose por flujos interconectivos, que "habitan" en un plurimundo mental (el formado por todos los campos mentales de los distintos individuos) compuesto, además, por muchas otras partes o subcampos (sensaciones, voluntad, entendimiento, etc.). A este proceso se denomina "reverberancia", que produce en el campo mental unas "reverberaciones" calificadas como "elementos matemáticos".

En esencia, el esquema indica que el campo mental abstrae conceptos matemáticos del mundo material, elabora teorías y las aplicas sobre dicho mundo material en un feedback de prueba y error. Mediante la operación de medida el mundo matemático se "hace realidad", a través del colapso de la función de onda cuántica. 

El campo mental surge como una emergencia (cambio cualitativo) a partir del mundo material o físico.

El mundo material se compone de dos realidades, la del campo material clásico y la de la función de onda cuántica.

Se ha llamado círculo de reflexión (sustancial para el desarrollo y evolución del individuo) al que parte de la materia (flujo emergente y flujo abstractivo-matemático) hacia el campo mental, y el que desde este último regresa al material o físico de dos formas distintas, una por la aplicación de las propiedades a las que llamo inaccesibles que comporta el yo o sí mismo (voluntad y libertad) sobre el entorno, y otra en la "decoherencia" producida por el proceso de la medida sobre los diferentes estados que coexisten en el interior de la función de onda cuántica.

Los flujos interconectivos entre los diferentes campos mentales, poseedores de la propiedad de la no-localidad, se caracterizan por la objetividad, resultado de una intersubjetividad que los convierte en atemporales.

El esquema de la derecha corresponde a los mundos sugeridos inicialmente por R. Penrose, con sus tres misterios: el primero, el que expresa la sorprendente precisa aplicación de una parte del mundo matemático sobre el mundo físico; el segundo, el de cómo del mundo físico puede aparecer la emergencia que supone el mundo mental; y el tercero, cómo una parte de nuestro mundo mental puede conectar con el mundo intemporal neoplatónico de las matemáticas.

Del esquema que propongo se deduce que el "flujo" que representa el misterio 1, va en sentido contrario al propuesto por Penrose. Aquí el flujo abstractivo-matemático se dirige desde la materia al campo mental, puesto que el mundo físico es en sí un mundo matemático en el que hay que "saber leer".

El misterio 3 es inexistente, pues pertenece a la interioridad del propio campo mental. Y por último, el misterio 2 consiste en la "emergencia" o cambio cualitativo apuntado.

* Nota: Estos esquemas son el complemento del artículo (partes I y II) titulado "Reverberancia y matemática", publicado en el Blog Simbiotica y en REDcientífica.

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